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viernes, 21 de febrero de 2014

Desvelada una noche más, me pregunto si el estará pensando en mi tanto como yo lo hago, tras ese encuentro, esa mirada, siento que si. En busca de sus labios, tras esa muestra de afecto, estuvo penetrándome con la mirada todo lo que resto de la noche, mis pómulos se tornaban de un rosa como el interior de mi ser, refleja mi vergüenza al pensar en cosas tan lujuriosas con un hombre como el, tan joven como yo.. Pero no era un juego de niños, se que no al enterarme de que era fiel amigo de uno de los hombres más libertinos de Plymouth, aún así con sus tan solo 24 años di por sentado que no era exactamente el joven más puro y casto de Inglaterra, y su mirada lasciva era una gran muestra de ello.
Aún así nunca sentí algo tan fuerte, la necesidad de no querer apartarme, de ver el amanecer con el todas las mañanas, y reencontrarme con esa mirada tan furtiva que me domina.
Quería caer en un vacío que solo termine en sus brazos. Quiero poder estar con el , y encontrar respuesta a esto que me carcome por dentro como una llama solar, me quiere? o soy solo parte de su juego?
Me levante de mi cama, y con la simple luz de mi vela casi consumida, tome una papel escribiendo una nota en el,
 se lo entregaría cuando lo vuelva a ver en uno de nuestros encuentros. Sabia que dentro de dos días lo vería en un evento. Nunca me sentí tan ansiosa, nerviosa, me sentía una niña.

El ya conocía ese juego ya hace tiempo, con 19 años este hombre logro que mi mente volara  a otro lugar indescifrable, mi cuerpo comenzó a experimentar sensaciones desconocidas desde el momento en que lo conocí, lo quería a el.

Me sorprendí al contemplar sus acciones de una forma pecaminosa, como se pasaba el dedo pulgar sobre su boca cuando estaba pensativo, cuando se cruzaba de brazos y dejaba ver sus marcados bíceps a través de su chaqueta frac, cuando se acariciaba su mandíbula mientras jugaba un partido de poker en la sala de juegos, como se mordía el labio cuando me descubría viéndolo, esa sonrisa traviesa cuando nos despedimos, invitándome a lo inimaginable..

Me descubrí en medio de la noche pensando en todas estas cosas y como un fuego iba corriendo dentro de mi, ya no era sangre, era una lava que me quemaba las entrañas, no soportaría estar sin el. Lo deseo.
Nunca lo anhele tanto como ahora, no se que haría si lo tuviera en este instante,
solo espero que él
sepa que hacer conmigo, ya que me tiene a su merced..


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