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jueves, 3 de abril de 2014

Dios mio... no puedo decir nada más que eso, DIOS MIO. Estaba totalmente nerviosa, sentía que en cualquier momento me desmayaba o caía ante sus pies. Que glorioso, caer ante sus pies. SI, como si fuera un dios del Olimpo, como si fuese el señor que me domina, como si yo fuese una simple mujer suplicando piedad ante tanta maldad. Tanta maldad por no poder hacer nada para apagar este inmenso fuego que crece segundo a segundo cuando lo tengo cerca, o solo cuando pienso en el.
Se que no me voy a poder parar si caigo, se que no voy a poder dejarlo. Siempre me mantuve en la seguridad, en lo cómodo y en lo rutinario. Pero el.. el me corrompía. Hacia que mi mundo se de vuelta y que mi camino se vuelva más intrépido. Era mi aventura.
Luego de dejarme a solas en la habitación, me puse la camisa y me dirigí al living, donde me esperaba con una taza de té caliente y humeante. Yo me moría de vergüenza, esa camisa apenas me cubría las piernas y dejaba ver mucho más que lo apropiado. Cuando me vio, dio un respingo, y se quedo observándome con esos inmensos ojos azules, tenían una chispa de pudor y una tormenta de lascividad. Camine medio tapándome las piernas y me acerque para tomar la taza. Lo roce. Sentí su piel, y temblaba. ¿Estaba tan incomodo como yo? Creía que la inexperta aquí era yo. No lo entendía, por un momento sentía que ese hombre se me iba a lanzar encima y por otros sentía que no tenia ni idea en que zona se estaba metiendo.
La diosa que tenia dentro perdió la vergüenza, y lo transformo en calor, en un calor que picaba. Mentalmente me replantee que iba a hacer. Iba a dejar pasar mi oportunidad? Se iba a confesar el o yo? No aguanto más, lo deseo, lo deseo demasiado. Verlo con su pelo negro empapado, sus ojos azules cristalinos, su mandíbula pronunciada y su sonrisa traviesa. No puedo resistirme, necesito.. necesito besarle.. necesito... que me tome.
No, suficiente, necesito controlarme. No soy una niñata ni una adolescente con las hormonas revoloteando Aunque si, mis hormonas hacían lo suyo en mi cuerpo. Lo sentía dentro de mi, en mi corazón latiendo a la velocidad de la luz y mis piernas sacudiéndose como en un temblor. Mi piel se erizaba y mi cuerpo se preparaba. Con solo una mirada lograba ponerme a mil
La lluvia no cesaba, me ofreció un asiento y el se sentó frente a mi. Me cruce de piernas y sus ojos se abrieron como las de un búho. Su mirada se poso automáticamente sobre la carne.. la piel de mi muslo. Lo disfrute al verlo así, casi tan excitado como yo, vulnerable. No se que me pasaba pero me sentía juguetona, tome el té con mis manos y me lo lleve lentamente a mis labios, tal y como él, el día que nos conocimos. Lo voy a torturar como él lo hizo conmigo. Pose mis labios sobre la taza, humedeciéndolos y tomando un pequeño sorbo que dejo una gota caer sobre la comisura de mis labios. El se removió sobre el asiento cubriendo su pantalón.. Gozaba de tenerlo en mis manos, de lograr hacer temblar su ser y de excitarlo. Me limpie el liquido con el dedo pulgar y lo lamí para luego introducirlo en mi boca y chuparlo, probando el té y saboreando el momento. Yo no era así, para nada. Solo con el me permitía este indebido.Y en parte fue involuntario, el hacia que mi diosa interior quiera liberarse, para perder todo pudor. A pesar de ser una mujer pulcra y angelical, me encantaba verlo. Como poco a poco se incomodaba y se retorcía bajo ese sofá, mientras su pantalón le apretaba más y más. En ese momento lo descubrí, el también me deseaba...

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